Hoy es el Día Internacional del Síndrome de Asperger, un trastorno muy
frecuente (de 3 a 7 por cada 1.000 nacidos), pero poco conocido.
Por
este motivo queremos que conozcáis un poco más sobre el Síndrome de Asperger,
para comprender mejor los problemas a los que se enfrentan
diariamente estas personas.
Este
trastorno severo del desarrollo se encuadrada dentro de los TEA
(Trastornos del espectro del autismo), y conlleva una alteración
neurobiológicamente determinada en el procesamiento de la
información. Se diferencia del autismo clásico por las competencias
intelectuales y lingüísticas: las personas afectadas tienen una
inteligencia normal o incluso superior a la media, y no hay un
retraso significativo en el desarrollo del lenguaje. Sin embargo,
como veremos a continuación, en el lenguaje del Síndrome de
Asperger encontramos múltiples dificultades.
Aunque
en cada persona se manifiesta de forma diferente, podemos decir que
este síndrome se caracteriza por una serie de dificultades en la
comunicación (verbal y no verbal) y en la interacción social, así
como por mostrar intereses restringidos y estereotipados:
Dificultades
en el área de comunicación y lenguaje:
Sobre
todo en los aspectos pragmáticos del leguaje, es decir, en la
regulación social, pues en cuanto a la forma suelen presentar un
lenguaje demasiado correcto o incluso pedante con un vocabulario muy
rico. El problema lo tienen a la hora de adaptar este lenguaje al
contexto social en el que se encuentran, y por ejemplo, le hablan de
la misma manera a un compañero de clase, a un profesor o a sus
padres. También presentan problemas en el lenguaje metafórico. Los
dobles sentidos, ironías, frases hechas, refranes, etc. escapan en
general a su comprensión. Presentan alteraciones en la entonación,
que suele no acompañar a la carga emocional del contenido del
mensaje, y en el volumen, a la hora de controlarlo y adaptarlo
adecuadamente al contexto. En cuanto a la comunicación, tienen
dificultades en las habilidades conversacionales en general: les
cuesta trabajo iniciarlas, mantenerlas y terminarlas de manera
adecuada, encontrar temas adecuados sobre los que hablar (suelen
girar en torno a su tema de interés al que vuelven de manera
obsesiva) así como tener en cuenta la información del interlocutor.
Dificultades en las relaciones sociales y la reciprocidad:
Nuestro
mundo de relaciones sociales está ordenado por normas y convenciones
sutiles, implícitas, llenas de excepciones y condicionantes según
el contexto. La mayoría de estas normas las aprendemos por ensayo y
error, y utilizamos de manera automática nuestra capacidad de
imaginar cómo puede pensar, sentir u opinar la otra persona. Así
conseguimos ir regulando nuestro comportamiento con otras personas.
Las personas con Síndrome de Asperger tienen importantes
dificultades en esta capacidad de imaginar los pensamientos,
sentimientos y opiniones de otras personas, presentan un pensamiento
literal y rígido, por lo que les resulta muy complicado extraer
ideas que no se muestren de manera explícita. Y nuestro mundo
social, la mayoría de las veces, es de todo menos claro y explícito.
Por todo ello, se mueven en un mundo social donde las normas y reglas
les son desconocidas. Normalmente las terminan aprendiendo y
empleando pero de manera mecánica y rígida, como quien aplica una
receta. Para ellos es un mundo impredecible en el que se sienten
vulnerables e inseguros. Es falsa la creencia de que en general
rechazan el contacto y las relaciones con otras personas. Igual que
todas las personas tienen la necesidad de relacionarse y pertenecer a
un grupo de iguales, pero carecen de las habilidades para ello.
Muchos se esfuerzan por ser sociales y acercarse a las personas, pero
terminan haciéndolo con torpeza. No saben interpretar las señales
no verbales de lo que es adecuado o lo que se espera de ellos, por lo
que pueden terminar comportándose de manera antisocial. Es mucho el
estrés y la demanda social a la que están sometidos. Las
dificultades de comprensión social, hace que vivan continuas
situaciones de malentendidos y “meteduras de pata” que a menudo
ni siquiera entienden. No es de extrañar que en ocasiones terminen
por preferir estar solos y aislarse.
El
síndrome de Asperger es un trastorno de la relación social, lo que
supone una
discapacidad para entender el mundo de lo social, afectando la
integración en el mundo
de las relaciones interpersonales y la adaptación a las demandas
múltiples de la sociedad. Es esto lo que genera los comportamientos
sociales inadecuados que proporcionan, tanto a ellos como a sus
familiares, problemas en muchos ámbitos.
Inflexibilidad mental y comportamental:
Tienen
dificultades para generar alternativas diferentes de manera
espontánea. Por esta razón las rutinas y ambientes predecibles y
estructurados les dan seguridad y tranquilidad, y se muestran poco
flexibles ante los cambios. Suelen tener poca imaginación y
creatividad en cuanto a los juegos, y prefieren los juegos mecánicos.
Terminan desarrollando el juego simbólico aunque más tarde. Cuando
han entendido el funcionamiento de un juego o tarea se vuelven
rutinarios y repetitivos, queriendo jugar siempre del mismo modo y
aplicando las reglas con inflexibilidad. Suelen tener un tema de
interés inusual en su contenido o intensidad. Les gusta coleccionar
elementos o información sobre este tema de interés del que pueden
convertirse en verdaderos expertos.
Presentan
un estilo cognitivo particular de abordar la información y
procesarla, lo que genera esos rasgos de inflexibilidad cognitiva y
comportamental (y por tanto dificultades en las funciones ejecutivas
y de planificación), dificultades para la abstracción de conceptos,
coherencia central débil (procesan mejor los detalles que el
conjunto), interpretación literal del lenguaje y alteraciones en los
patrones de comunicación no-verbal.
En general, muestran un perfil de
competencias no homogéneo, pudiendo destacar en algunos aspectos
(memoria, capacidad de observación, razonamiento perceptivo, datos,
habilidades especiales
en áreas restringidas...)
y presentando carencias en otras áreas (comprensión social,
reconocimiento de emociones en ellos mismos y en los otros, empatía,
movimientos atípicos…).
Además,
en la mayoría de los casos existen dificultades en la coordinación
motora, tanto
gruesa como fina. Esta se manifiesta en rutinas de precisión como la
escritura, trabajos manuales, aprendizaje de instrumentos musicales,
abrocharse botones, cremalleras o hacerse el nudo de los zapatos. Y
en cuanto a la gruesa, observamos una torpeza motriz generalizada,
una costosa coordinación general, formas peculiares para andar o
correr y pocas habilidades deportivas en general.
Para
terminar, y a modo de sintetizar la información, os exponemos
algunas claves de comprensión relacionadas con los aspectos sociales
en los que estos niños suelen mostrar tantas dificultades.
CLAVES
DE COMPRENSIÓN EN LAS RELACIONES SOCIALES EN EL ASPERGER:
Participar
y hacer amigos
- Suelen desear la amistad de los demás pero no saben
cómo hacer amigos.
- Puede ser muy difícil para algunos entender las claves
que invitan a la interacción social.
- Tienen grandes dificultades para saber cuándo
intervenir en las conversaciones. Es posible que no reconozcan las
pausas y las señales sutiles que les invitan a participar. Al igual
que tienen dificultad en entender y saber cómo mantener los turnos.
- Puede que les falten destrezas para comentar o para
seguir los comentarios de sus interlocutores.
- Las personas con síndrome de Asperger pueden
obsesionarse tanto con un tema o pensamiento
determinado que no pueden resistirse a compartirlo.
Es probable que la persona con este síndrome hable sin parar a su
interlocutor sobre temas extraños y con excesivo detalle.
- Algunos se sitúan demasiado cerca de su interlocutor,
utilizan señales no verbales de forma equivocada y a destiempo y
hablan en un tono de voz muy monótono.
- Puede que les cueste dar con el nivel de familiaridad
correcto. A veces son excesivamente formales o, por el contrario,
tratan a un completo desconocido como si
fuera un amigo íntimo.
Integrarse
en los grupos
- Se suelen sentir perdidos o confundidos cuando tienen
tiempo libre. El recreo y la hora de comer pueden ser especialmente
estresantes debido a la informalidad y al bajo nivel de
estructuración que conllevan estas situaciones. Esto puede
conducirles al aislamiento.
- Puede que intenten controlar la interacción siguiendo
rutinas muy rígidas o temas de conversación específicos.
- El trabajo en situaciones de grupo menos organizadas o
tener que sentarse junto a un grupo grande de niños pueden ser
experiencias muy difíciles y que comportan una gran ansiedad para
algunos de los niños con síndrome de Asperger.
Entender
a los demás
- Cuando hablamos con alguien contamos con una serie de
señales no verbales para hacer llegar nuestros mensajes, como son la
expresión facial, el lenguaje corporal o el contacto visual. Las
personas con este síndrome tienen problemas para entender estas
señales, lo que hace más probable que no entiendan o que
malinterpreten el mensaje.
- Para algunos resulta muy difícil “ponerse en el
lugar” de otras personas. Puede que no perciban lo que otra persona
está pensando o sintiendo o que no entiendan que alguien quiera
únicamente gastar una broma.
- Tienen mucha dificultad a la hora de comprender los
“dobles significados” que constituyen una parte esencial del
humor.
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