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viernes, 6 de febrero de 2015

“Quiero escuchar pero no puedo”: La historia de Gonzalo, un chico con TDAH.

Los beneficios del diagnóstico y tratamiento precoces del TDAH -Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad


Os dejamos una interesante noticia publicada ayer en el ABC en la que un chico narra los problemas que ha experimentado a lo largo de su adolescencia por desconocer que padecía un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.




El hecho de no saber qué era lo que le ocurría, qué le hacía sentirse tan diferente al resto de chicos de su edad o porqué le era imposible fijar su atención y concentrarse es lo que a Gonzalo le generó tanto sufrimiento.

Por suerte a los 18 años le llegan las respuestas que durante tantos años ha estado preguntándose: le diagnostican TDAH, y esto le supone, según él mismo cuenta, una gran tranquilidad, la oportunidad de entenderse y aceptarse por fin, y de comenzar un tratamiento con el cual ha obtenido grandes mejorías.

Este trastorno persiste en la adultez en más del 50% de los casos, y en muchos de ellos ni siquiera está diagnosticado. Esto puede conllevar un agravamiento del problema, como veíamos en la historia de Gonzalo, y mostrar “serias complicaciones de perseverancia, organización y errores en la ejecución de tareas”.

Con tratamiento, llegan a ser muy creativos en la resolución de problemas, y capaces de asumir grandes cargas de trabajo. Por lo tanto, como se menciona en esta noticia, las claves que diferencian un “TDAH constructivo” de uno “destructivo” son un diagnóstico precoz y un tratamiento multidisciplinar.

Podéis consultar la noticia completa en el siguiente enlace:
http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20150204/abci-trastorno-deficit-atencion-201502032106.html

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jueves, 24 de julio de 2014

Signos o señales que alertan sobre rasgos autistas en bebés y primeros años de vida

¿Qué signos o señales nos pueden poner en alerta de sospecha de rasgos autistas en los bebes? ¿Y en los primeros años de vida?


Con respecto a la evolución del niño y que aspectos nos pueden llamar la atención comparando el desarrollo  normal del niño respecto al niño con TGD vamos a realizar un  recorrido desde el nacimiento hasta la adolescencia.

Desde el embarazo y después del nacimiento el cerebro humano va evolucionando para permitir la correcta adaptación al mundo que vive le pequeño gracias a procesos de maduración., diferenciación y especialización de los hemisferios cerebrales.  Gracias a estos procesos el pequeño comienza a identificar los conceptos de sí mismos y su diferencia de los demás, aspectos básicos para establecer las bases de la comunicación con sus semejantes y compartir sus diferencias...

Durante la primera etapa de desarrollo (del nacimiento a los 18 meses) , seguramente la mayoría de los padres de niños con TGD no observarán grandes diferencias pero el desarrollo de las competencias comunicativas, sociales y del comportamiento se inician durante el primer año de vida, así como el lenguaje, ponerse de pie y los procesos de imitación de comportamientos.

En el niño con rasgos autistas aparecen escasas conductas de interés por el entorno, unidas con un retraso en la emisión de sonidos y palabras, alteraciones en el juego, en la imitación y, sobre todo, en los comportamientos sociales de relación con los demás.  Esto se observa en conductas tales como, por ejemplo, no compartir con la mirada,  no sonreír a los tres meses de edad ante los intercambios sociales o no estirar los brazos para que lo cojan.

En cuanto al lenguaje resulta característicos en todos los niños dentro del espectro autista una alteración significativa en esta área, aunque el nivel de gravedad variará significativamente de uno a otro.

El que aparezcan ciertos rasgos de sospechas en bebes de 0 a 18 meses no significa que vayan a desarrollar un TGD, pero si orientar a las familias para ponerse en manos de un profesional para el diagnóstico del trastorno.

Signos o señales nos pueden poner en alerta de sospecha de rasgos autistas:



  • No estirar los brazos para ser cogidos cuando se acerca sus padres o un familiar y si escogido no se acopla bien al cuerpo del adulto.
  • Se retrasa la sonrisa social y no manifiestan alegría no afecto cuando se le acercan para jugar con él
  • No establece contacto visual con las personas que se le acercan, mostrándole poca atención o poco interés.


Con respecto al desarrollo de la comunicación lo siguientes rasgos nos podrían alertar de sospechas de TGD:


  • Llorar desconsoladamente, con llantos inesperados y difíciles de controlar.
  • Se aprecia un menor intención de compartir su mundo con los demás, al no tener conciencia de su propio “yo” tampoco entiende que haya otro “tú”.
  • No suele mostrar conductas comunicativas como señalar con el dedo índice lo que le interesa, ni pedirla por medio de gestos, ni alarga el brazo para que ora persona le acerque lo que pide
  • La aparición del gorjeo y balbuceo se retrasa debido a la dificultad que presentan en la imitación de conductas, sonidos o gestos.
  • Tiende a no responder al decir su nombre.


En algunas ocasiones estos niños tienen un desarrollo evolutivo en los aspectos anteriores igual que los otros niños pero aparece un estancamiento en la evolución o incluso un retorno a atapas anteriores pudiéndose ser diagnosticados ante de los 3 años con un posible TGD.

En el área social los signos de sospecha serían los siguientes:


  • El niño aparece más pasivo que los niños de su misma edad, casi no reclaman ni demandan nada de los adultos.
  • Suelen ser muy inflexibles, con un mundo sin cambios y rutinario que le proporcione seguridad.
  • No suelen orientar la cabeza a la fuente de sonido, es como si estuvieran “sordos”.
  • Pueden presentar alteraciones del sueño, tanto en la duración como en la frecuencia , lo que repercute en su descanso y desarrollo.
  • En el juego el niño muestra una relación peculiar con ellos; los apila, los pone en fila, los chupa y les cuesta introducir a otra persona en sus juegos y realizar juegos de imitación ( ejemplo cinco lobitos)


A partir de los 18 meses y hasta los 36 meses es el periodo en el que las señales que alerten de un posible TGD comienzan a hacerse más evidentes y los padres suelen ser los primeros en detectarlas.  La mayoría de las familias han recorrido un largo camino visitando a los especialistas para perfilar un posible diagnóstico.  La atención que reciba la familia de los profesionales le ayudará de todo lo que pueden hacer y qué recursos pueden utilizar, para aceptar ese proceso y proporcionarle todo cuanto necesitan.

Alrededor de los 18 meses aparecen las conductas de socialización en los niños.  Una de las características principales es el oposicionismo (decir no).  También a esta edad empieza a conocerse a sí mismo y la diferencia de sexos.  Aparecen conductas de vital importancia en el desarrollo social como señalas, utilizar juegos más elaborados y aumentar su comunicación verbal.  La comunicación no verbal también se ve aumentada con gestos y expresiones que realiza para dar a conocer su estado de ánimo, compartir la atención con otras personas o pedir algo que desea.

A los 24 meses aparece la reacción ante extraños y la timidez. A lo 3 años será capaz de participar en juegos guardando turnos, compartir con sus amigos y realizar juegos cooperativos.

Los niños con TGD ente los 18 y 36 meses de edad muestran dificultades para realizar la socialización con los demás que se manifiesta en aspectos como:


  • No participa en interacciones sociales, como por ejemplo decir adiós con la mano.
  • No inicia juegos interpersonales y si lo hace, suele ser de forma muy estereotipada.
  • No tiende a buscar a sus padres cuando están en casa ni su consuelo, bien porque se ha caído y se ha hecho daño o porque algo sale mal.
  • Puede evitar la mirada de los demás y el contacto físico, con lo que le será difícil establecer una relación con él sin que se irrite o muestre un rechazo a ser tocado.
  • Puede permanecer mucho tiempo mirando fijamente al vacío o a un objeto.


En cuanto a la comunicación en esta etapa de 18 a 36 meses hay que observar los siguientes indicadores para la sospecha de TGD:


  • A esta edad no han desarrollado aún el lenguaje oral que les permita comunicarse.  Cuando dicha dificultad no desemboca en un mutismo casi total, algunos tienden a desarrollar un lenguaje muy básico y poco adaptado al contexto.
  • Tampoco suelen mirar hacia los objetos que les señalan otras personas y piden normalmente las cosas cogiendo de la mano a los demás.
  • No aparecen frases de dos o más palabras ni responden a preguntas sencillas o comprenden prohibiciones.


En cuanto al área conductual lo niños entre 18 y 36 meses tienen  ya desarrollada un inteligencia representativa y por tanto tiene ya representaciones mentales de los objetos, pudiendo realizar por ejemplo un puzzle sencillo, realizar una torre de cubos y acomodarse a nuevas situaciones con lo que han aprendido y tiene  concepto de pasado y fututo.   En cambio en los niños con TGD pueden aparecer las siguientes conductas en esta etapa:

  • Muestran un excesivo interés hacia un sonido determinado ( por ejemplo el ruido de la lavadora, aspirador…)
  • Le atraen en exceso las luces o algunos movimientos repetitivos de objetos.
  • Se irritan con facilidad.  Aparecen rabietas y oposicionismo asociados a los cambios.
  • Suelen hacer movimientos eteriotipados como balanceos, batir las manos como alas, girar sobre sí mismos, frotarse las manos y mostrarse  pasivos o hiperactivos.
  • Su juego principal no es compartido ni imaginado, le cuesta imitar y no realiza juegos simbólicos.


En las próximas publicaciones seguiremos exponiendo que aspectos nos pueden hacer sospechar de un posible TGD.  Si quieres profundizar más sobre el tema puedes acceder a la bibliografía .

Bibliografia:  Niños con autismo y TGD, P Cuadrado y S. Valiente. Ed Síntesis

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lunes, 16 de junio de 2014

TDAH y Adultos.

¿PERDURAN LOS SINTOMAS DE TDAH CUANDO SE LLEGA A LA VIDA ADULTA?

Se ha escrito mucho sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad en los niños y adolescentes pero,  ¿Qué ocurre en la vida adulta? 

Hasta hace poco tiempo, se consideraba que el trastorno no se manifestaba más allá de la adolescencia, de modo que posteriormente se producía una remisión o desembocaba en otras patologías, como los trastornos de personalidad ( J.A. Ramos-Quiroga at col . Revista Neurología 2012).

Hoy día diferentes autores comentan que el trastorno de TDAH es crónico y también se manifiesta en la edad adulta.  Estudios epidemiológicos manifiestan que la prevalencia de TDAH en niños es del 4-12% y que dos tercios continuaran con los síntomas en la edad adulta.  De los subtipos de TDAH el que mas prevalencia tendrá en la edad adulta es el combinado .

¿Qué manifestaciones clínicas aparecen en los pacientes de TDAH adulto?

Según J.A. Ramos-Quiroga et al, “en los adultos con TDAH, las dificultades atencionales y la disfunción ejecutiva se manifiestan por la dificultad para organizarse, planificar tareas, establecer prioridades, estructurar el tiempo y terminar los proyectos o tareas asignadas".  Son sujetos que se distraen con suma facilidad, presentan dificultades para focalizar o mantener la atención, muestran olvidos con frecuencia y pierden objetos.

La hiperactividad se manifiesta en el adulto como una sensación interior de inquietud motora, dificultad para permanecer sentado o en movimiento excesivo de manos y pies. Además tienden a hablar de forma excesiva y en un tono elevado.

Los síntomas impulsivos también tienden a persistir a lo largo de la vida , y generar graves repercusiones sociales, familiares e incluso legales.  Los adultos con TDAH muestran dificultad para esperar su turno, responden precipitadamente e interrumpen a los demás.  Las decisiones irreflexivas como cambios súbitos de trabajo, conducta temeraria al volante, los consumos de tóxicos o adicciones y las explosiones de ira serán las mas problemáticas

La inestabilidad emocional y las dificultades en el control del temperamento son otros de los síntomas frecuentes del TDAH adulto”(Rev Neurologia 2012 ,54)

Además existen otras patologías comórbidas con el TDAH adulto como son los trastornos del humor, de la personalidad o el abuso de sustancias.

Bibliografia:  Ramos Quiroga JA, Chalita Pj, Vidal R, Bosch R, Palomar G, Prats I, et al. Diagnóstico y tratamiento del trastorno por déficit de atención / hiperactividad en adultos . Rev Beurol 2012; 54 (sup 1). S105-15

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