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martes, 20 de septiembre de 2016

Cómo crear un hábito de estudio en niños con TDAH

Recomendaciones para organizar el curso escolar

Con la vuelta al cole vuelven también los problemas escolares que quedaron sin resolver el curso pasado. Empezar este año con unas nuevas pautas y rutinas pueden ayudar a que los niños y niñas que presentan algunas dificultades a la hora de estudiar aprendan a desarrollar un hábito de estudio que les facilite desempeñar el curso escolar.



El simple hecho de organizarse y planificarse hará que el niño sea más eficaz en su estudio, pero si además conseguimos que adquiera el hábito de estudiar, necesitará menos esfuerzo para comenzar el rato de estudio, pues realmente habrá logrado “acostumbrarse” a que toca estudiar.

¿Cómo creamos un hábito?

Para ello debemos tener en cuenta tanto el tiempo como el lugar de estudio:

Tiempo de estudio:

El estudio debe ser diario (entre semana) y realizarse siempre a la misma hora para crear un hábito. Es muy importante coger una rutina por las tardes, procurando que todas las actividades a realizar sean siempre a la misma hora, pues con esto se crea en nuestro organismo un hábito.

Además es aconsejable que el tiempo dedicado al estudio sea previo a las actividades extraescolares o tiempo de ocio. De esta manera, la misma actividad puede servir de refuerzo al estudio, y servirá realmente para despejarse, ya que no estará pensando en las tareas escolares que aún le quedan por hacer.

Lugar de estudio:

Para ayudar a crear el hábito, el lugar de estudio debe ser siempre el mismo. Lo recomendable es tener una habitación de uso exclusivo, que no sea un lugar de paso en el que estén entrando y saliendo otras personas, que esté bien ventilada, sin demasiado frío ni calor, sin ruidos ni otras distracciones (televisión, juegos, móvil…), que posea una buena iluminación (con una lamparita o flexo que entre desde la izquierda si se es diestro o desde la derecha si se es zurdo), con una mesa amplia y despejada y una silla con respaldo y cómoda, aunque no en exceso, para evitar que el niño tienda a relajarse demasiado o incluso a adormilarse.

Dos aspectos fundamentales a tener en cuenta para favorecer la concentración de un niño con TDAH son:
1)      No tener ningún objeto, juguete, decoración, etc. a la vista. Es decir: la mesa de estudio no debe dar a una ventana, sino a una pared vacía, sin objetos, cuadros, juguetes… La mesa debe estar completamente despejada, teniendo a un lado todo aquello que no se esté usando en ese mismo momento, fuera del campo visual.
2)      Tener en la misma habitación todos los materiales que va a tener que usar durante la sesión de estudio, para evitar estar levantándose y moviéndose por toda la casa cada vez que necesite algo distinto. Para conseguir aun así tener la mesa despejada, pueden ponerse el resto de asignaturas y materiales en una mesilla detrás o a un lado, fuera del campo visual.



Otros consejos:
-       Acostumbrar al niño a que antes de que sea la hora de estudiar debe beber agua, ir al baño, etc., no pudiendo ir durante el tiempo de estudio.
-       Planificar todo lo que va a llevarse a cabo en el estudio de esa tarde, y preparar todo el material para no distraerse después buscando cosas que le hagan falta.
-       Despejar la mesa siempre antes de empezar a estudiar.
-       Es muy importante que aprenda a mantener en orden todos los materiales escolares, y que se acostumbre a guardarlos siempre en el mismo lugar.



Palabras claves: hábito de estudio, TDAH, problemas escolares, dificultades al estudiar, mejorar la concentración

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sábado, 31 de octubre de 2015

Lo niños y el desorden:

Cómo enseñar a los niños a ser ordenados.


Todos los niños disfrutan jugando y sacando uno a uno todos sus juguetes. Pero parece que en el momento en que termina el juego ninguno recuerda que el siguiente paso es recoger. Y aquí comienza para muchos padres el suplicio de obligar a estos pequeños a ordenar su habitación, armándose de paciencia, repitiendo una y otra vez las mismas indicaciones, o incluso acabando por recoger ellos mismos parte de las cosas.


¿Por qué los niños son desordenados?

Sencillamente porque es aburrido. No les gusta ordenar porque significa que ha acabado el juego, y encima toca la pesada tarea de recoger.

Además, desordenar, ver las cosas donde no deben estar, alterar los objetos... no es más que otra forma de experimentar con el entorno, y esto es algo que les atrae mucho, sobre todo en torno a los dos años y medio.

También debemos saber que desafiando las reglas establecidas es como el niño va a aprender qué cosas son importantes, cuáles son las normas, qué actos no acarrean unas consecuencias negativas... 
Por tanto, el desorden es desafiar una norma más, y a través de éste averiguará qué consecuencias tiene. Si los adultos no somos inflexibles a la hora de enseñarles a ordenar como una más de sus responsabilidades, probablemente no llegue a aprender la importancia que tiene.


¿Qué beneficios se obtienen del orden?

  • Sobre todo cuando son pequeños, favorece su orientación y les ayuda a reconocer mejor los distintos espacios de la casa: dónde se juega, dónde se come…  
  • Tener la casa limpia y ordenada evita problemas como accidentes, enfermedades (ácaros…), pérdidas de objetos y demás.
  • Educar a un niño a ordenar las cosas le supone un beneficio incalculable para que en el futuro sea una persona ordenada a nivel material, a nivel social, a nivel sentimental, a nivel intelectual, a nivel laboral…

Por tanto, aunque a veces cunda la desesperación, nunca debemos darlo por perdido. Hay que tener paciencia y ser perseverantes ante el desorden de los niños. Si observamos que al principio no avanzan en este objetivo, no debemos desistir. Poco a poco y con tiempo, iremos obteniendo logros. 

¿Cómo enseñarles?

Como con tantas otras cosas, la única manera de que una persona sea organizada es creando el hábito desde pequeño, y como tal hábito, se inculca a través de la repetición.

PAUTAS Y CONSEJOS

  • Lo mejor es predicar con el ejemplo. Los niños tienen a imitar a sus padres, sobre todo los primeros años de vida, cuando precisamente mejor se puede adquirir este hábito.
  • Cuando son pequeños, es muy adecuado ayudarles, ponernos a recoger con él y enseñarle cuándo se debe recoger, cómo ordenar y dónde guardar cada cosa.
  • Inculcarles, además del orden físico, un orden en el tiempo, creando rutinas: primero merendar, después jugar, después recoger y después cenar. Esto les ayuda a predecir lo que toca a continuación, y a habituarse.
  • Si es muy pequeño y no sabe cómo recoger, habrá que ponérselo sencillo, comprad una cesta grade o caja o similar donde pueda ir echando los juguetes, no pretendáis que guarde un juego en su caja perfectamente colocado. Cada cosa a su edad y acorde a su nivel de madurez.
  • El momento de recoger no tiene que ser un castigo ni un suplicio, se puede convertir en algo divertido para la familia, haciendo juegos mientras se recoge o cantando canciones.
  • Cuando son más mayores, muchas veces cometemos el fallo de limitarnos a decirle que recoja, pero no nos detenemos a explicarles cómo queremos que recoja, ni le especificamos como tiene que hacerlo. A veces les cuesta ser conscientes de que el recogido superficial que han hecho ellos no es suficiente, que siguen quedando cosas por en medio, o que han guardado las cosas pero no en el lugar que corresponde. En estos casos debemos dar órdenes más precisas: recoge también los cables de la play, estos juguetes guárdalos en el baúl pero aquellos colócalos en las estanterías…
  • Hay que ser realistas en función de su edad, no se puede exigir que sin ayuda u orientaciones recojan como recogería un adulto.
  • Conviene ser convincentes y rígidos al pedir orden. No es algo dramático, es algo necesario. Hay que ordenar porque toca ordenar, no es una opción, igual que hay que lavarse los dientes después de comer o ducharse.
  • Ante una negativa (o dos, o tres, o cuatro...), no hay que rendirse. Nunca debes ordenar tú lo que le has mandado a él, o un día ordenar él y otro recogerlo tú.
  • Un buen truco es poner la tarea de recoger justo antes de otra tarea que le guste. Así, cuanto más tarde en recoger, más tardará en hacer lo que le gusta, e incluso menos tiempo tendrá para hacer eso que le motiva. Cuando no tenga después una actividad que le guste, podemos nosotros mismos proponerle algo que sepamos que le gusta, pero no planteárselo como una recompensa, sino como cosas independientes: “luego podemos ir a pasear al parque, ¿te apetece?, bueno pues ordena la habitación y en cuanto acabes nos vamos”.
  • Elogiar y recompensar cuando ordenen (no necesariamente con cosas materiales, el refuerzo más poderoso es la atención), sobre todo cuando salga de ellos mismos sin que hayamos tenido que decirles nada.
  • Conviene, a medida que se hacen mayores, tratar de darles un razonamiento al por qué ordenar: ahorrar espacio, vivir organizadamente, cuidar las cosas, ahorrar tiempo buscándolas, el desorden afecta a todos los que convivimos juntos… También debemos inculcarles el ser ordenados no sólo en sus juguetes, sino en todos los ámbitos de su vida.

La educación ni es sencilla ni es rápida. No podemos agobiarlos buscando resultados inmediatos ni estar constantemente regañándoles para que ordenen. Es un proceso lento que irán aprendiendo gradualmente. Es conveniente ser realistas y no exigir un cambio radical en un periodo corto de tiempo.

Pero nunca debemos desistir, el enseñar a recoger ayuda a establecer límites, rutinas y normas que no solo ayuda a los niños, sino que influye en toda la dinámica familiar.

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Cualquier duda sobre cómo te podemos ayudar no dudes en preguntarlo. Tienes un formulario en la página o pon un comentario en esta entrada. Departamento de Psicología Infantil de ISANEP.

viernes, 15 de mayo de 2015

Niños desobedientes.

Cómo prevenir problemas de conducta en los niños desobedientes.


Son muchos los padres que acuden a consulta porque su hijo no obedece, “se hace el sordo” ante las instrucciones y ordenes que se le dicen, tienen que llegar a enfadarse para conseguir que realice una petición sencilla, etc. También son muchos los que comunican que su hijo “siempre dice a todo que no”, tiene una conducta oposicionista, incluso a veces con cierta agresión física o verbal.

Es necesario que los niños y adolescentes, desde que son pequeños, obedezcan a sus padres, para que puedan recibir una educación adecuada.


Por esto los psicólogos infantiles recalcan la importancia de los límites, los cuales son necesarios para obtener un buen desarrollo emocional, pues les aportan seguridad.

Sin embargo, es cierto que hay etapas evolutivas en las cuales los niños buscan reafirmarse y desarrollar su autoestima, por lo que buscan independencia, saltarse las normas y no obedecer. De hecho, lo que están haciendo no es otra cosa que probar los límites, averiguar hasta dónde pueden llegar, pero no por ello se les debe permitir: en estos casos, los padres deben mostrar más firmeza para ser respetados. Deben hacerles obedecer, reafirmando su figura de autoridad, pues es ahí donde tienen la oportunidad de aprender que siempre existen unos límites y una autoridad, ya sea un profesor, un jefe el día de mañana, etc.

No obstante, a medida que crecen los adolescentes, los padres deben ser capaces de saber “negociar”, y adquirir un estilo más “democrático” a la hora de imponer las reglas. Se pueden llegar a tratos e ir dando cada vez más autonomía e independencia, pero siempre sin llegar a poner a los niños al mismo nivel que al de los adultos. Ser obedientes y respetar a la figura de autoridad son factores imprescindibles para que adquiera numerosos aprendizajes. Hoy en día hay cierta tendencia a otorgar a los niños el control, y cuando lo que están haciendo es probar sus límites, se les permite no obedecer. Así nos encontramos con niños que no entienden el porqué obedecer y no hacen algo “porque no les da la gana” o “porque tú no me mandas”.  Esto no favorece ni la obediencia ni el aprendizaje. Cuando este tipo de conductas se permiten, van a más. Los padres acaban por perder el control, el cual toman sus hijos.

Los padres deben tomar las decisiones adecuadas para sus hijos, y hacer que éstas se cumplan, enseñándoles además a respetar estas decisiones. Siempre primero se debe intentar que entiendan el por qué de estas decisiones, e intentar favorecer un adecuado estilo de comunicación y negociación, pero cuando son muy pequeños o cuando están probando sus límites, no se debe ceder el control y ser permisivo, sino imponer esa decisión.

Por todo ello, los psicólogos infantiles recomiendan que en el momento en que creas que este tipo de conductas en tu hijo han ido a más, y temas llegar a perder el control, no dudes en acudir a un profesional que te oriente con las pautas más adecuadas para solventar esta situación.

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lunes, 9 de febrero de 2015

TDAH en los Adultos

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD TDAH EN LOS ADULTOS


Cada vez es más frecuente que los adultos soliciten en el Gabinete de psicología un estudio al profesional ante la sospecha de tener un TDAH.  Es en estos casos dónde los neuropsicólogos tenemos un papel muy importante.

El TDAH es el trastorno neuroconductual más frecuente en la infancia y junto con la dislexia constituye la patología neuropsicológica más diagnosticada.


En la infancia se caracteriza por la presencia de un conjunto de síntomas nucleares, que suelen encontrarse en la mayoría de los casos , lo que se denomina la triada del TDAH , hiperactividad, inatención e impulsividad.

Dentro de ésta triada, apenas el 10% de los niños diagnosticados presentan hiperactividad o impulsividad, pero el trastorno atencional está presente en la mayoría de los casos.

Pero, ¿Qué ocurre con aquellos niños no diagnosticados con TDAH o no tratados cuando llegan a la edad adulta?


Es muy frecuente que estas personas se den cuenta de que son TDA cuando llevan al gabinete a sus hijos para el diagnóstico del trastorno.  Nada más empezamos la entrevista con los padres empiezan a identificarse con las conductas de sus hijos.  Algunos padres solicitan entonces al neuropsicólogo que le realicen a ellos también las pruebas.

Por otra parte, muchos pacientes, gracias a la información que obtienen por diferentes medios, así como, por las dificultades que presentan en su día  a día , solicitan también una evaluación neuropsicológica para diagnosticar su trastorno.

Con l tiempo y la maduración de los lóbulos frontales, la mayoría de los síntomas del TDAH van desapareciendo, sobre todo la hiperactividad  e impulsividad, aunque va dejando secuelas a nivel de habilidades sociales y control de impulsos.  Pero dónde van quedando más secuelas es a nivel atencional.

Por esos, es muy importante el diagnóstico neuropsicológico.

¿Qué papel juega el neuropsicólogo para diagnosticar TDAH a un adulto?

Las personas con  TDAH en la edad adulta tienen unos graves problemas de concentración, memoria a corto plazo, memoria de trabajo y Dificultades en la planificación y organización de sus conductas   que le impiden la realización de estudios superiores y de progresión en su profesión, sobre todo aquellas personas con un nivel de inteligencia por debajo de 100.

A nivel emocional, suelen ser unos adultos con baja autoestima, inseguros, con problemas de relaciones sociales o si han sido hiperactivos /impulsivos pueden tener incluso problemas de adicciones.

Es  por tanto muy importante el diagnóstico desde el punto de vista neuropsicológico y a nivel anímico para programar una terapia que incluya tanto estimulación cognitiva, como psicoterapia que ayude a mitigar o modificar los síntomas.

Para realizar el estudio neuropsicológico poseemos una serie de batería y test que nos ayudarán a realizar el diagnóstico completo.

Una de las entrevistas más utilizadas en la DIVA 2.0 Entrevista Estructurada para el diagnóstico TDAH adultos.  Esta entrevista se basa en los criterios de DSM-IV para diagnóstico TDAH infantil incidiendo también en la edad adulta.

El cuestionario se puede descargar gratuitamente en el siguiente enlace.
http://diva.test.tdah.tel/

En cuanto a la evaluación de las funciones cognitivas alteradas en este trastorno ( Atención, Memoria y Función Ejecutiva) deberemos utilizar test psicométricos neuropsicológicos estandarizados  con baremos españoles que nos den la información necesaria para realizar un programa de estimulación cognitiva adaptado a cada paciente.

Para evaluar la ATENCIÓN en todas sus modalidades sostenida, dividida y alternante podemos utilizar el test d2 , test SDMT o P.A.S.A.T que también nos servirá para evaluar la memoria de trabajo que suele estar muy alterada en el TDAH.

La MEMORIA inmediata y diferida se puede evaluar con pruebas como el TAVEC , Test de aprendizaje verbal de California o la Figura completa de REY.

Las FUNCIONES EJECUTIVAS  se pueden evaluar con diferentes pruebas, tales como, STROOP, Test de los 5 dígitos,  F.A.S, Wisconsin Cards o Torres de Londres.

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Para más información en el Gabinete de psicología ISANEP Neuropsicología y Psicoterapía tenemos psicólogos con máster en Neuropsicología Clínica.  Si cree que puede sufrir este trastorno y desea que le realizamos una evaluación neuropsicológica no dude en contactar con  nosotros.




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jueves, 7 de agosto de 2014

Conductas del niño con TGD -Trastorno General del desarrollo-

¿Qué conductas sociales muestra un niño con Trastorno General del desarrollo (TGD) en la etapa infantil?

Hacia la edad de 4 años puede aparecer una recuperación del desarrollo social del niño si se sigue un tratamiento psicopedagógico adecuado. Se pueden relacionar mejor, buscan más a sus padres y comparten experiencias juntos. Asimismo consiguen mostrar menos resistencia al cambio y un mayor conocimiento de los peligros. De todas formas, siguen existiendo conductas de retraimiento social, rigidez e independencia, sobre todo hacia personas desconocidas.

.- Las personas con trastorno de Asperger muestran más interés por sus iguales a la vez que manifiestan deseos de tener amigos.
.- No muestran iniciativa en sus relaciones sociales, no tienden a saludar, invitar al juego o expresar sus deseos.
.- Les cuesta comprender las reglas sociales, o mirar a los ojos cuando hablan con alguien.
.- Mantienen un pensamiento inflexible, actuando de una manera determinada y poco adaptada a los cambios

Para favorecer su desarrollo emocional podemos seguir los siguientes consejos:


  1. Manifestarles confianza, que vean de forma clara lo que saben hacer
  2. Ser sinceros con ellos y darle explicaciones, como, por ejemplo cuando ocurre algún cambio anticipárselo
  3. Comprender sus temores, aunque parezcan injustificados, observando cómo se comporta y en qué circunstancias
  4. Enseñarles a decir lo que le gusta y lo que le desagrada mediante gestos o palabras.
  5. Darles tiempo y ser pacientes con ellos.

Para que el pequeño pueda colaborar mejor en sus relaciones con otros y se puedan adaptar poco a poco a situaciones nuevas conviene:
  1. Informarle del comportamiento que se espera de él y las ventajas que se obtendrá si lo pone en práctica.
  2. Enseñarle explícitamente comportamientos adecuados como por ejemplo, las normas sociales en el día a día, enseñándole a saludar etc
  3. Motivarle siempre antes que obligarle, ya se apara comer, vestirse o recoger los juguetes
  4. Aprovechar cualquier oportunidad para ensayar y generalizar lo aprendido a otros ambientes distintos
  5. Animarle a pedir ayuda en los momentos en los que necesite otras personas, sin llegar a resolverle la situación que puede hacer por sí mismo.
  6. No hay que sobreprotegerle, debe tener las mismas oportunidades para probar, aunque se equivoque, que cualquier otro niño

En la etapa de Educación Infantil los profesores también pueden ayudar a potenciar las relaciones sociales de los alumnos diagnosticados con TGD a través de su actuación en el aula por medio de habilidades como las siguientes:

  1. Proporcionarles feedback, o lo que es lo mismo devolverle información sobre lo que el niño hace, poniendo nombre a sus acciones, para que los demás alumnos puedan interactuar socialmente con él y darse cuenta de sus emociones
  2. Favorecer el contacto directo de tipo personal con sus compañeros por medio de juegos de turnos o colaboración
  3. Priorizar en aprendizaje que se puede obtener de las relaciones personales sobre el rendimiento académico. De esta manera , si aprende a prestar juguetes y compartir algunas actividades, tolerará mejor los conflictos con otros niños y en definitiva, mejorará su relación social.
  4. Ver los conflictos interpersonales ( enfados, disputas) como una oportunidad para el desarrollo y conocimiento emocional de sus alumnos haciendo incapié en la importancia de compartir y respetarse.
  5. Aprovechar situaciones ordinarias para modelar las emociones de los alumnos, como por ejemplo, hacer explícito cuando alguien está triste, contento o enfadado



Bibliografia: Niños con autismo y TGD, P Cuadrado y S. Valiente. Ed Síntesis

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lunes, 16 de junio de 2014

TDAH y Adultos.

¿PERDURAN LOS SINTOMAS DE TDAH CUANDO SE LLEGA A LA VIDA ADULTA?

Se ha escrito mucho sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad en los niños y adolescentes pero,  ¿Qué ocurre en la vida adulta? 

Hasta hace poco tiempo, se consideraba que el trastorno no se manifestaba más allá de la adolescencia, de modo que posteriormente se producía una remisión o desembocaba en otras patologías, como los trastornos de personalidad ( J.A. Ramos-Quiroga at col . Revista Neurología 2012).

Hoy día diferentes autores comentan que el trastorno de TDAH es crónico y también se manifiesta en la edad adulta.  Estudios epidemiológicos manifiestan que la prevalencia de TDAH en niños es del 4-12% y que dos tercios continuaran con los síntomas en la edad adulta.  De los subtipos de TDAH el que mas prevalencia tendrá en la edad adulta es el combinado .

¿Qué manifestaciones clínicas aparecen en los pacientes de TDAH adulto?

Según J.A. Ramos-Quiroga et al, “en los adultos con TDAH, las dificultades atencionales y la disfunción ejecutiva se manifiestan por la dificultad para organizarse, planificar tareas, establecer prioridades, estructurar el tiempo y terminar los proyectos o tareas asignadas".  Son sujetos que se distraen con suma facilidad, presentan dificultades para focalizar o mantener la atención, muestran olvidos con frecuencia y pierden objetos.

La hiperactividad se manifiesta en el adulto como una sensación interior de inquietud motora, dificultad para permanecer sentado o en movimiento excesivo de manos y pies. Además tienden a hablar de forma excesiva y en un tono elevado.

Los síntomas impulsivos también tienden a persistir a lo largo de la vida , y generar graves repercusiones sociales, familiares e incluso legales.  Los adultos con TDAH muestran dificultad para esperar su turno, responden precipitadamente e interrumpen a los demás.  Las decisiones irreflexivas como cambios súbitos de trabajo, conducta temeraria al volante, los consumos de tóxicos o adicciones y las explosiones de ira serán las mas problemáticas

La inestabilidad emocional y las dificultades en el control del temperamento son otros de los síntomas frecuentes del TDAH adulto”(Rev Neurologia 2012 ,54)

Además existen otras patologías comórbidas con el TDAH adulto como son los trastornos del humor, de la personalidad o el abuso de sustancias.

Bibliografia:  Ramos Quiroga JA, Chalita Pj, Vidal R, Bosch R, Palomar G, Prats I, et al. Diagnóstico y tratamiento del trastorno por déficit de atención / hiperactividad en adultos . Rev Beurol 2012; 54 (sup 1). S105-15

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