EMDR, siglas que provienen del inglés: Eye Movement Desensitization and Reprocessing,
"Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares"
Es un método descubierto y desarrollado por la doctora Francine Shapiro.
El EMDR es un abordaje psicoterapéutico innovador que acelera el tratamiento de un amplio rango de patologías fóbicas y traumáticas, en el trastorno por estrés postraumático, entre otros.
Se trata de una terapia psicofisiológica, que hace uso de técnicas utilizadas por diversas aproximaciones terapéuticas, y aprovecha los mecanismos naturales fisiológicos de nuestro cerebro para sanar los problemas de estrés y trauma.
Centrado en el tratamiento del trauma,
EMDR también ha demostrado ser efectivo además en el dolor crónico, pérdida y duelo, fobias y trastornos por ansiedad, trastornos de estrés postraumático trastornos disociativos, y para mejorar el rendimiento.
Corría el año 1987 y Francine era estudiante de post grado en California, cuando se dio cuenta de que una serie de pensamientos perturbadores y sentimientos negativos se disiparon al mover los ojos de un lado a otro. Volvió a experimentarlo con ella misma y más tarde con amigos. Efectivamente, pasaba lo mismo. A partir de este hecho, elaboró la teoría de que los pensamientos perturbadores estaban correlacionados con los movimientos oculares y esto hacía que los pensamientos saliesen de su mente consciente.
Inició una investigación con sujetos traumatizados en la guerra de Vietnam y víctimas de abuso sexual para medir la eficacia del
EMDR. De nuevo , este método reducía de manera significativa los síntomas del Trastorno por Estrés Post Traumático en estos sujetos. Numerosos estudios empíricos han validado estos efectos.
La fuerza del
EMDR radica en que, en primer lugar, evoca el recuerdo traumático con todos sus distintos componentes: cognitivo, emocional y sensorial; y después estimula el “
sistema adaptativo de procesamiento de la información” que hasta ese momento no había logrado integrar la huella disfuncional. (la huella que deja la herida traumática).
Los movimientos oculares producidos por la estimulación bilateral interhemisférica recuerdan a los que se producen espontáneamente durante el sueño REM y tienen como objeto ayudar en su tarea al sistema natural de curación del cerebro.
Durante los movimientos oculares, el sujeto da la impresión de realizar espontáneamente una asociación libre, como si los movimientos oculares, al igual que ocurre durante el sueño, facilitaran un rápido acceso a todos los canales de asociación conectados a un recuerdo traumático. A medida que activa dichos canales, el sujeto puede conectarse a los sistemas cognitivos que a su vez contienen la información relativa al presente.
Gracias a esta conexión, la perspectiva del adulto o la actual, que ya no está sometida al impacto de los peligros del pasado, acaba por hacer pie en el cerebro emocional, “reprocesando” la impresión neurológica de miedo o desesperación y sustituyéndola por otra más asumible.
Esta técnica se centra en el paciente, que permite que el terapeuta estimule los mecanismos de curación inherentes a la propia persona.
En el proceso con
EMDR, el terapeuta trabaja con el paciente para identificar un problema específico que será el foco del tratamiento. El paciente describe el incidente traumático, y es ayudado por el terapeuta para que seleccione los aspectos más importantes que más lo angustian de dicho incidente. Mientras el paciente hace movimientos oculares (o cualquier otra estimulación bilateral) le vienen a la mente otras partes del recuerdo traumático u otros recuerdos. El terapeuta interrumpe los movimientos oculares cada tanto para asegurarse que el paciente esté procesando adecuadamente.
La estimulación bilateral puede ser: a) visual (el paciente mueve los ojos de un lado al otro guiado por el terapeuta); b) auditiva (el paciente escucha sonidos alternados en ambos oídos) c) kinestésica (el terapeuta golpetea suavemente y en forma alternada sobre las manos o los hombros del paciente). Esto facilita la conexión entre los dos hemisferios cerebrales logrando el procesamiento de la información y la disminución de la carga emocional.
El terapeuta guía el proceso, tomando decisiones clínicas sobre la dirección que debe seguir la intervención. La meta es que el paciente procese la información sobre el incidente traumático, llevándolo a una "resolución adaptativa". En las palabras de Francine Shapiro, esto significa:
- a) una reducción de los síntomas;
- b) un cambio en las creencias
- c) la posibilidad de funcionar mejor en la vida cotidiana.
El abordaje empleado en EMDR se sustenta en tres puntos:
- experiencias de vida temprana;
- experiencias estresantes del presente.
- pensamientos y comportamientos deseados para el futuro.
El tratamiento puede ser desde 3 sesiones para un trauma simple hasta más de un año para problemas complejos. Aún es relativamente desconocido en España, aunque en Norte América, muchos seguros lo están incorporando para empleados de empresas.
Para muchos pacientes EMDR resulta de mayor ayuda para sus problemas que otras terapias convencionales.
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