martes, 24 de marzo de 2015

XII CONGRESO ANDALUZ DE NEUROPSICOLOGÍA

El próximo mes de mayo se celebra en Málaga el congreso de la Sociedad Andaluza de Neuropsicología.


El tema central de este año es la Neuroplasticidad: perspectivas clínicas y de investigación.



Descargar folleto informativo, hoja de inscripción y programa completo


El día anterior al congreso se celebrarán dos talleres con los siguientes temas:

  • Actualización en la evaluación e intervención en TDAH
  • Marcadores de la plasticidad neuronal y la neuroimagen

Descargar programa completo


Todos los que estéis interesados en participar pueden acceder a la inscripción a través de la página de la Sociedad andaluza de Neuropsicología http://www.sanp.es/

Esperamos vuestra participación.

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APARECE UN FÁRMACO EXPERIMENTAL QUE REDUCE EL DETERIORO COGNITIVO EN LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER.

La enfermedad de Alzheimer afecta a 15 millones en todo el mundo con una cifra que va en aumento. El deterioro cognitivo que produce la enfermedad se puede frenar reduciendo la formación de placas producidas por la proteína beta-amiloide.



El nuevo fármaco experimental de los laboratorios biogen, aducanumab, bloquea las proteínas beta- amiloide responsable de formar las placas tóxicas que producen la degeneración cerebral.

Si quieres saber más sobre el artículo  puedes acceder al siguiente enlace:
http://www.infosalus.com/farmacia/noticia-farmaco-experimental-contra-alzheimer-reduce-deterioro-cognitivo-20150320172408.html

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lunes, 23 de marzo de 2015

La depresión en las personas con síndrome de Down

Alrededor del 20% de las personas con síndrome de Down  padece de depresión en algún momento de su vida.


Estas personas experimentan ante acontecimientos estresantes las mismas emociones y sentimientos (positivos o negativos) que cualquier persona.

Depresión en personas con síndrome de down

Así como las personas con síndrome de Down son susceptibles de tener enfermedades como el resto de la población, también son susceptibles de experimentar depresión.

No suele expresarse a través de la palabra sino por pérdida de habilidades y cambios de comportamientos.

¿Cuáles son los signos o síntomas de la depresión?

Es importante que cualquier signo y/o síntoma de depresión sea evaluado minuciosamente para determinar si corresponde a una condición biológica o médica, como ataques, o a una condición en sí misma, depresión.

En personas con síndrome de Down, la depresión suele manifestarse de manera diferente. Debido a limitaciones conceptuales y de articulación, tienden a verbalizar menos sentimientos de tristeza, culpa o bajo autoestima. Aun así, es posible observar cambios en el estado de ánimo, como mayor irritabilidad, letargo o apatía; y cambios en el comportamiento como ensimismamiento, perdida de interés en actividades que antes disfrutaba, fatiga, falta de energía y  alteraciones en el sueño y apetito, ya sea mayor o menor. De igual forma, puede que haya una desaceleración en los movimientos y un cese en la actividad física. También puede incrementar la auto-plática o puede ocurrir con mayor incidencia en entornos públicos.

Estos cambios pueden ser fácilmente interpretados por el cuidador, una vez se reconoce este comportamiento como depresión.

Usualmente, la depresión es obviada por las familias porque se les ha dicho que los signos y síntomas son propiamente el “síndrome de Down". Además, estos signos y/o síntomas suelen ser malinterpretados como demencia o enfermedad de Alzheimer.

Son los padres, por lo general, los primeros en notar estos signos/síntomas y es importante que se consulte a un profesional para evitar medidas de mayor magnitud en el futuro, como la ubicación en un centro psiquiátrico.

¿Qué puede causar depresión en alguien con síndrome de Down?

La depresión puede darse como resultado del estrés (agudo), como el causado por la muerte de un familiar, o desarrollarse como una condición crónica.  Un historial reciente de la vida de la persona es necesario para determinar el problema, si es posible, e identificar sistemas de apoyo disponibles. La evaluación debe ser llevada a cabo conforme al nivel cognitivo y de desarrollo del individuo.
En la condición de síndrome de Down, en cuanto la persona envejece, la función mental y el apoyo social tienden a bajar, lo que da oportunidad a que la depresión aparezca. Los adultos con síndrome de Down pueden experimentar aislamiento, cambios en el hogar y la falta de habilidades para adaptarse y de oportunidades para socializar. Todos estos factores pueden afectar la autoestima, llevar a la persona al descuido y a la depresión.

A menudo, los adultos con síndrome de Down no cuentan con la oportunidad de tomar sus propias decisiones en áreas en las que son capaces, por ejemplo en actividades sociales, corte de cabello, a la hora de vestir, etc. Al ser tratados como niños es posible que sientan poco o ningún control sobre sus vidas. Las personas que cuidan de estos adultos tienden a ignorar los sistemas de apoyo, a sobreprotegerlos  y/o a tomar acciones disciplinarias inapropiadas hacia la persona con síndrome de Down.

 ¿Qué se puede hacer para prevenir/aliviar la depresión?

En la actualidad, muchos médicos, psicólogos y otros profesionales de la salud mental cuentan con poca formación en condiciones psiquiátricas e incapacidad intelectual, dando pie a diagnósticos equivocados o ausencia del mismo.  El cuadro clínico de la depresión en personas con síndrome de Down puede variar al de una persona sin un déficit cognitivo. Se sugiere adoptar un enfoque preventivo de la depresión en personas con síndrome de Down.  De darse la oportunidad de tener más control sobre sus propias vidas, la probabilidad de tener depresión se reducirá.

Es importante que las familias y los profesionales de la salud mental conozcan y estén pendientes de los primeros signos de depresión en personas con discapacidad intelectual, de manera que el diagnóstico y el tratamiento respectivo puedan comenzar de inmediato. Se sabe que hay más problemas de comportamiento cuando las personas están aburridas y cuando no se sienten incluidos ni valorados en una estructura social.

Cuando se logra un diagnóstico temprano, es importante que el plan de tratamiento sea personalizado y que se lleve el seguimiento adecuado. De igual modo, es fundamental que el tratamiento incluya el mejor ambiente y calidad de vida posible. En caso de ser necesario el uso de medicamentos antidepresivos, es fundamental informar a las familias de los efectos secundarios y de la prevención de estos a través de análisis periódicos de sangre y periodos de descanso en la toma del medicamento.

Aún falta estudio sobre  la depresión en personas con síndrome de Down. Entender por qué una persona se siente deprimida y aliviar estas razones es aún una tarea desafiante. La prevención, la intervención y el seguimiento de la depresión en personas con síndrome de Down son posibles si se trabaja en equipo entre individuo, familia y profesionales de la salud mental.

Maria del Águila Gutiérrez, AN-08181. Psicóloga General Sanitaria 

Tómese como referencia y fuente principal el National Down Syndrome Congress. Realizado y aprobado por el Consejo Asesor Profesional. National Down Syndrome Congress, marzo de 1992. Revisado y evaluado en febrero del 2006.

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miércoles, 4 de marzo de 2015

Los problemas de conducta en los niños

Los problemas de conducta. Comprender la agresividad.


Cada vez son más los padres que acuden a consulta desesperados por los problemas de conducta que presentan sus hijos. Por ello, vamos a hablaros hoy de este tipo de comportamientos, y en concreto nos pararemos un poco en la agresividad.

Normalmente estas conductas se inician en el ámbito familiar, y poco a poco se van extendiendo a otros ambientes, como el escolar y en las relaciones con los iguales.

No obstante, a menudo sólo emiten este tipo de conductas en el ambiente familiar y, por ejemplo, cuando se habla de esta situación con los profesores no terminan de creerlo, ya que el comportamiento que el niño muestra en el colegio suele ser ejemplar.

Esto puede deberse, entre otros motivos, a que el niño sufra una gran cantidad de tensión y se desahogue en casa, con aquellos que más confianza tiene. Los padres, o bien por un desconocimiento de cómo solucionar estos problemas, o bien por seguir unas pautas educativas inadecuadas, donde prevalecen el razonamiento y las explicaciones para todo, terminan por perder el control de la situación, e incluso llegando a sentir miedo ante estos actos que cada vez van a más.

Llegados a este punto es vital detectar estos problemas y realizar una adecuada evaluación que nos ayude a esclarecer las causas que están originándolos y manteniéndolos en el tiempo. Aunque lo más recomendable es que ante cualquier problema o duda para manejar este tipo de comportamientos se acuda al especialista. Cuanto más tiempo se mantenga este comportamiento en el niño, más difícil será erradicarlo, e incluso puede acarrear graves consecuencias. Pues es probable que, de cronificarse en el tiempo, muchos de estos problemas iniciales de desobediencia y de conductas disruptivas acaben en trastornos como el negativista, el disocial o tendencias de personalidad poco adaptativas.


Los problemas de conducta: LA AGRESIVIDAD.


Como muchos de estos problemas contienen una cantidad importante de agresividad, vamos a pasar a exponer cómo se desarrolla y qué factores pueden influir en la misma.

Las conductas agresivas son un hito evolutivo dentro del desarrollo infanto-juvenil, por tanto solo hablaremos de problema cuando se prolonguen en el tiempo o cuando ocurran con una frecuencia desproporcionada, y afecten de manera significativa a los distintos ámbitos en los que se relaciona el niño.

¿Qué es la agresividad?

La agresividad es un estado de activación fisiológica que acarrea una serie de conductas y distorsiones en los pensamientos que producen un estado emocional. Los sujetos con agresividad no tienen conciencia de la activación de su cuerpo hasta que sea muy alta, pero ya en este nivel es muy difícil encontrar soluciones al problema que haya ocurrido.

¿Cuáles son sus componentes de la agresividad?

Abarca tanto expresiones conductuales como componentes verbales, físicos y psíquicos, todo ello para conseguir diferentes propósitos. Las conductas agresivas tienen una parte innata, que procede de la conducta «ataque o fuga», y otra parte aprendida, por ejemplo las mujeres tienden a gritar y los hombres a agredir físicamente.

¿Qué variables predisponen al acto agresivo?

Las posibles variables de un individuo que pueden favorecer un acto de agresión son:

  •  Baja tolerancia a la frustración: poca capacidad para soportar los sucesos negativos.
  •  Impulsividad: poco autocontrol. No piensan las posibles consecuencias, simplemente actúan.
  •  Falta de empatía: entender y ponerse en el lugar del otro.
  •  Mala interpretación de la situación, la cual perciben como injusta. Tienen pensamientos y esquemas cognitivos erróneos, perciben ataques donde no los hay o piensan sin razón que los demás deberían haber actuado de otro modo.
  •  La baja autoestima también suele conllevar una interpretación equivocada de los actos de los demás.
  •  Modelos educativos paternos agresivos como manera de expresar las emociones negativas. Aprenden estas formas para resolver los conflictos o para expresar el malestar.


¿Cómo puede darse la agresividad?

La agresión se puede expresar de diversas maneras. Las más comunes son:


  1.  Negación: siente una gran activación y agresividad pero no la expresan porque ha aprendido que no debe manifestarse. Se autocontrolan en exceso y no saben canalizar estas emociones, lo que desemboca en problemas y quejas somáticas.
  2.  Agresiones indirectas: expresa su agresividad a través de actitudes que van por detrás del objetivo. Por ejemplo, levantan rumores o critican, creando malestar en el ambiente. O también son ejemplos el no cumplir las normas y saltarse los límites, evitar sus responsabilidades…
  3.  Agresiones directas: se enfrenta de manera activa, de forma verbal (con insultos o gritos) o bien conductualmente (con conductas destructivas y violencia).


Para terminar distinguiremos entre dos tipos de agresividad según la causa que la origine:

 Agresión reactiva:

Reacción hostil para expresar una frustración, debida a la falta de autocontrol. Este tipo de agresión se suele dar en sujetos con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad.

Agresión proactiva:

Agresión dirigida a conseguir una meta, se trata de una agresión premeditada. Este tipo de agresión es típico de sujetos con problemas de conducta.


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sábado, 28 de febrero de 2015

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL DIAGNÓSTICO DE LA DISLEXIA?

La dislexia es el trastorno del aprendizaje más frecuente a nivel escolar.



Más de un 15% de la población infantil padece dislexia.


Los primeros signos de este trastorno aparecen en las dificultades en el inicio del aprendizaje de la lectura y de la escritura.

Es importante por tanto un diagnóstico precoz con pruebas neuropsicológicas específicas que determinen si hay alteraciones a nivel  visuoperceptivo, lenguaje o praxias, dado que la dislexia tiene un origen neurobiológico.

Esta semana se han celebrado unas jornadas sobre dislexia en Madrid.  Os dejo el enlace al artículo publicado en ABC salud por si queréis conocer las conclusiones di dichas jornadas.

http://www.elmundo.es/sapos-y-princesas/2015/02/26/54ee6529ca47417b208b4573.html

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jueves, 19 de febrero de 2015

Conociendo el Síndrome de Asperger

Hoy es el Día Internacional del Síndrome de Asperger, un trastorno muy frecuente (de 3 a 7 por cada 1.000 nacidos), pero poco conocido.


Por este motivo queremos que conozcáis un poco más sobre el Síndrome de Asperger, para comprender mejor los problemas a los que se enfrentan diariamente estas personas.




Este trastorno severo del desarrollo se encuadrada dentro de los TEA (Trastornos del espectro del autismo), y conlleva una alteración neurobiológicamente determinada en el procesamiento de la información. Se diferencia del autismo clásico por las competencias intelectuales y lingüísticas: las personas afectadas tienen una inteligencia normal o incluso superior a la media, y no hay un retraso significativo en el desarrollo del lenguaje. Sin embargo, como veremos a continuación, en el lenguaje del Síndrome de Asperger encontramos múltiples dificultades.

Aunque en cada persona se manifiesta de forma diferente, podemos decir que este síndrome se caracteriza por una serie de dificultades en la comunicación (verbal y no verbal) y en la interacción social, así como por mostrar intereses restringidos y estereotipados:

Dificultades en el área de comunicación y lenguaje:


Sobre todo en los aspectos pragmáticos del leguaje, es decir, en la regulación social, pues en cuanto a la forma suelen presentar un lenguaje demasiado correcto o incluso pedante con un vocabulario muy rico. El problema lo tienen a la hora de adaptar este lenguaje al contexto social en el que se encuentran, y por ejemplo, le hablan de la misma manera a un compañero de clase, a un profesor o a sus padres. También presentan problemas en el lenguaje metafórico. Los dobles sentidos, ironías, frases hechas, refranes, etc. escapan en general a su comprensión. Presentan alteraciones en la entonación, que suele no acompañar a la carga emocional del contenido del mensaje, y en el volumen, a la hora de controlarlo y adaptarlo adecuadamente al contexto. En cuanto a la comunicación, tienen dificultades en las habilidades conversacionales en general: les cuesta trabajo iniciarlas, mantenerlas y terminarlas de manera adecuada, encontrar temas adecuados sobre los que hablar (suelen girar en torno a su tema de interés al que vuelven de manera obsesiva) así como tener en cuenta la información del interlocutor.


Dificultades en las relaciones sociales y la reciprocidad:

Nuestro mundo de relaciones sociales está ordenado por normas y convenciones sutiles, implícitas, llenas de excepciones y condicionantes según el contexto. La mayoría de estas normas las aprendemos por ensayo y error, y utilizamos de manera automática nuestra capacidad de imaginar cómo puede pensar, sentir u opinar la otra persona. Así conseguimos ir regulando nuestro comportamiento con otras personas. Las personas con Síndrome de Asperger tienen importantes dificultades en esta capacidad de imaginar los pensamientos, sentimientos y opiniones de otras personas, presentan un pensamiento literal y rígido, por lo que les resulta muy complicado extraer ideas que no se muestren de manera explícita. Y nuestro mundo social, la mayoría de las veces, es de todo menos claro y explícito. Por todo ello, se mueven en un mundo social donde las normas y reglas les son desconocidas. Normalmente las terminan aprendiendo y empleando pero de manera mecánica y rígida, como quien aplica una receta. Para ellos es un mundo impredecible en el que se sienten vulnerables e inseguros. Es falsa la creencia de que en general rechazan el contacto y las relaciones con otras personas. Igual que todas las personas tienen la necesidad de relacionarse y pertenecer a un grupo de iguales, pero carecen de las habilidades para ello. Muchos se esfuerzan por ser sociales y acercarse a las personas, pero terminan haciéndolo con torpeza. No saben interpretar las señales no verbales de lo que es adecuado o lo que se espera de ellos, por lo que pueden terminar comportándose de manera antisocial. Es mucho el estrés y la demanda social a la que están sometidos. Las dificultades de comprensión social, hace que vivan continuas situaciones de malentendidos y “meteduras de pata” que a menudo ni siquiera entienden. No es de extrañar que en ocasiones terminen por preferir estar solos y aislarse.


El síndrome de Asperger es un trastorno de la relación social, lo que supone una discapacidad para entender el mundo de lo social, afectando la integración en el mundo de las relaciones interpersonales y la adaptación a las demandas múltiples de la sociedad. Es esto lo que genera los comportamientos sociales inadecuados que proporcionan, tanto a ellos como a sus familiares, problemas en muchos ámbitos.


Inflexibilidad mental y comportamental:

Tienen dificultades para generar alternativas diferentes de manera espontánea. Por esta razón las rutinas y ambientes predecibles y estructurados les dan seguridad y tranquilidad, y se muestran poco flexibles ante los cambios. Suelen tener poca imaginación y creatividad en cuanto a los juegos, y prefieren los juegos mecánicos. Terminan desarrollando el juego simbólico aunque más tarde. Cuando han entendido el funcionamiento de un juego o tarea se vuelven rutinarios y repetitivos, queriendo jugar siempre del mismo modo y aplicando las reglas con inflexibilidad. Suelen tener un tema de interés inusual en su contenido o intensidad. Les gusta coleccionar elementos o información sobre este tema de interés del que pueden convertirse en verdaderos expertos.

Presentan un estilo cognitivo particular de abordar la información y procesarla, lo que genera esos rasgos de inflexibilidad cognitiva y comportamental (y por tanto dificultades en las funciones ejecutivas y de planificación), dificultades para la abstracción de conceptos, coherencia central débil (procesan mejor los detalles que el conjunto), interpretación literal del lenguaje y alteraciones en los patrones de comunicación no-verbal.

En general, muestran un perfil de competencias no homogéneo, pudiendo destacar en algunos aspectos (memoria, capacidad de observación, razonamiento perceptivo, datos, habilidades especiales en áreas restringidas...) y presentando carencias en otras áreas (comprensión social, reconocimiento de emociones en ellos mismos y en los otros, empatía, movimientos atípicos…).

Además, en la mayoría de los casos existen dificultades en la coordinación motora, tanto gruesa como fina. Esta se manifiesta en rutinas de precisión como la escritura, trabajos manuales, aprendizaje de instrumentos musicales, abrocharse botones, cremalleras o hacerse el nudo de los zapatos. Y en cuanto a la gruesa, observamos una torpeza motriz generalizada, una costosa coordinación general, formas peculiares para andar o correr y pocas habilidades deportivas en general.

Para terminar, y a modo de sintetizar la información, os exponemos algunas claves de comprensión relacionadas con los aspectos sociales en los que estos niños suelen mostrar tantas dificultades.


CLAVES DE COMPRENSIÓN EN LAS RELACIONES SOCIALES EN EL ASPERGER:


Participar y hacer amigos

  • Suelen desear la amistad de los demás pero no saben cómo hacer amigos.
  • Puede ser muy difícil para algunos entender las claves que invitan a la interacción social.
  • Tienen grandes dificultades para saber cuándo intervenir en las conversaciones. Es posible que no reconozcan las pausas y las señales sutiles que les invitan a participar. Al igual que tienen dificultad en entender y saber cómo mantener los turnos.
  • Puede que les falten destrezas para comentar o para seguir los comentarios de sus interlocutores.
  • Las personas con síndrome de Asperger pueden obsesionarse tanto con un tema o pensamiento determinado que no pueden resistirse a compartirlo. Es probable que la persona con este síndrome hable sin parar a su interlocutor sobre temas extraños y con excesivo detalle.
  • Algunos se sitúan demasiado cerca de su interlocutor, utilizan señales no verbales de forma equivocada y a destiempo y hablan en un tono de voz muy monótono.
  • Puede que les cueste dar con el nivel de familiaridad correcto. A veces son excesivamente formales o, por el contrario, tratan a un completo desconocido como si fuera un amigo íntimo.

Integrarse en los grupos

  • Se suelen sentir perdidos o confundidos cuando tienen tiempo libre. El recreo y la hora de comer pueden ser especialmente estresantes debido a la informalidad y al bajo nivel de estructuración que conllevan estas situaciones. Esto puede conducirles al aislamiento.
  • Puede que intenten controlar la interacción siguiendo rutinas muy rígidas o temas de conversación específicos.
  • El trabajo en situaciones de grupo menos organizadas o tener que sentarse junto a un grupo grande de niños pueden ser experiencias muy difíciles y que comportan una gran ansiedad para algunos de los niños con síndrome de Asperger.


Entender a los demás

  • Cuando hablamos con alguien contamos con una serie de señales no verbales para hacer llegar nuestros mensajes, como son la expresión facial, el lenguaje corporal o el contacto visual. Las personas con este síndrome tienen problemas para entender estas señales, lo que hace más probable que no entiendan o que malinterpreten el mensaje.
  • Para algunos resulta muy difícil “ponerse en el lugar” de otras personas. Puede que no perciban lo que otra persona está pensando o sintiendo o que no entiendan que alguien quiera únicamente gastar una broma.
  • Tienen mucha dificultad a la hora de comprender los “dobles significados” que constituyen una parte esencial del humor.


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martes, 17 de febrero de 2015

Adicciones comportamentales y la adicción al trabajo

Las adicciones comportamentales



En los últimos años se incluyen distintas conductas bajo la denominación genérica de adicciones o conductas adictivas. Basadas inicialmente en el concepto de dependencia (física y psíquica), y evolucionando a partir del mismo, se aplicaban inicialmente a sustancias psicoactivas que, ingeridas por un individuo, tenían la potencialidad de producir dependencia.

Con el transcurrir de los años se observó que también existían conductas, que sin haber sustancia de por medio, tenían la capacidad de producir dependencia y el resto de las características que tenían las dependencias a las sustancias psicoactivas.

Una característica común y central a las conductas adictivas, es la pérdida de control. 


La persona con una conducta adictiva no tiene control sobre esa conducta, además de que la misma le produce dependencia, tolerancia, síndrome de abstinencia y una incidencia negativa muy importante en su vida, que va a ser en muchos casos la causa de que acuda en busca de tratamiento o le fuercen a buscarlo. Gossop (1989) definió como elementos característicos de una adicción:


  • 1) un fuerte deseo o un sentimiento de compulsión para llevar a cabo la conducta particular (especialmente cuando la oportunidad de llevar a cabo tal conducta no está disponible); 
  • 2) la capacidad deteriorada para controlar la conducta (especialmente, en términos de controlar su comienzo, mantenimiento o nivel en el que ocurre); 
  • 3) malestar y estado de ánimo alterado cuando la conducta es impedida o la deja de hacer; 
  • 4) persistir en la conducta a pesar de la clara evidencia de que le está produciendo graves consecuencias al individuo.


Hoy podemos diferenciar las adicciones  en dos grandes grupos: aquellas producidas por sustancias químicas y aquellas producidas por conductas. Serían las adicciones químicas y las adicciones comportamentales. Entre las primeras tenemos la adicción al alcohol, a la nicotina y a las drogas ilegales (heroína, cocaína, marihuana, drogas de diseño, etc.).

Entre las comportamentales, el juego patológico, el comer compulsivo, el sexo compulsivo, el trabajo compulsivo, las compras compulsivas, etc.; junto a la adicción a las nuevas tecnologías, a la televisión, a los videojuegos, al ordenador, a internet, a los teléfonos móviles, etc. (Becoña, 2006a).

Entendemos por adicciones solo aquellas que en el sentido clínico cumplen los criterios de evaluación según el DSM-IV-TR, y que motivan al sujeto a buscar tratamiento por la incapacidad que ello les produce en su vida cotidiana.

LA ADICCIÓN AL TRABAJO


La adicción al trabajo es una característica de nuestra sociedad industrializada, en donde el trabajo y, consiguientemente, el dinero y el poder, están muy asociados. Denominado “trabajo compulsivo” o “borrachera de trabajo”, este problema se detecta fácilmente cuando la persona antepone el trabajo a su familia, a sus amigos, a sus diversiones y, al final, ante sí mismo como persona.

La persona con esta adicción puede trabajar diariamente 12 ó 14 horas durante 6 ó 7 días a la semana. 


Es raro que tome vacaciones, y si las toma padece síndrome de abstinencia: está irritado, inquieto, tiene sentimientos de inutilidad y culpabilidad, llama continuamente al trabajo como si fuese imprescindible, se siente angustiado, etc.

Otra característica es que no hay pruebas objetivas de que tenga que hacer esas conductas para que todo siga funcionando igual en su ausencia.

Curiosamente, no siempre obtienen la productividad prevista con el gran número de horas que dedican al trabajo. Esto les lleva a trabajar aún más, cayendo de este modo en un círculo vicioso en donde nunca hay límite. Esto les lleva a ir poco a poco padeciendo situaciones de estrés, que se puede llegar a convertir en crónico.

Su modo de comportarse como trabajadores excesivos les lleva en muchos casos a padecer el patrón de conducta tipo A, este patrón de conducta, lleva a que tengan un alto riesgo de padecer enfermedades coronarias y, por tanto, de producirles la muerte.

Quién más sufre las consecuencias del trabajador compulsivo es su familia. No atiende a su esposa ni a sus hijos. En ocasiones el trabajador compulsivo puede quedar agotado, tanto a nivel físico como psicológico. En tales casos su organismo le recuerda que está sobrepasando los límites. Otros, aguantan así muchos años hasta que se derrumban.

También es frecuente que si dejan de ser adictos al trabajo cambien por otra adicción (ej., al juego); o bien que otros adictos (ej., al juego), cuando dejan su adicción trabajen más horas o incansablemente y lleguen incluso a ser adictos al trabajo. La crisis suele permitirle darse cuenta del problema. Si se lleva a cabo una adecuada intervención con estas personas se puede reorganizar su vida.

Maria del Águila Gutiérrez. Psicóloga General Sanitaria.  

Este artículo se recoge del Manual de adicciones para psicólogos especialistas en psicología clínica en formación. www.pnsd.msc.es/Categoria2/publica/pdf/ManualAdiccionesPires.pdf 

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