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lunes, 12 de enero de 2015

Anorexia y bulimia. Ayudar desde el entorno de la familia.

Trastornos alimentarios: Anorexia Nerviosa (AN) y Bulimia Nerviosa (BN). Cómo ayudar desde el entorno familiar

Se entiende por trastornos alimentarios aquellas alteraciones en las que la conducta alimentaria está alterada, fundamentalmente como consecuencia de los dramáticos intentos por controlar su cuerpo y su peso las personas que lo padecen.


Los trastornos alimentarios más conocidos son los llamados específicos, que incluyen la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracones.

Aunque existen diferencias entre anorexia y bulimia nerviosa, no cabe duda que tienen muchas características en común. En definitiva, lo que caracteriza estos trastornos son las distorsiones cognitivas que surgen de las ideas sobrevaloradas de delgadez. Estas ideas les llevan a adoptar reglas dietéticas estrictas e inflexibles por un miedo mórbido a engordar. Estas personas juzgan su autovalía en función de su peso y su figura.

Los TCA con frecuencia aparecen durante la adolescencia o en adultos jóvenes, aunque también pueden desarrollarse durante la infancia o más tarde en el curso de la vida. Afectan a hombres y mujeres, aunque los hombres con trastornos alimentarios presentan los mismos signos y síntomas que las mujeres, son mucho menos diagnosticados, por lo que a menudo han sido considerados trastornos vinculados al sexo femenino.

Los trastornos de la alimentación son uno de esos secretos tácitos que afectan a muchas familias en el mundo occidental. Millones de personas y sus familias se ven afectadas por esta enfermedad, y la mayoría de ellas, hasta un 90 por ciento, son mujeres adolescentes.
Los trastornos de la alimentación (anorexia y bulimia, principalmente) pueden afectar hasta el 5 por ciento de la población adolescente, y muy a menudo, desde las familias y entornos cercanos no sabemos qué hacer o cómo comportarnos para ayudar en el proceso de recuperación de un ser querido afectado por esta grave patología.
Aunque será el terapeuta o equipo médico responsable quién con toda seguridad orientará a la familia sobre el mejor modo de actuar, a continuación se ofrecen algunos consejos que pueden ayudar a afrontar esta situación:
- Aceptar que no hay soluciones rápidas y fáciles para la recuperación de un trastorno alimentario. Los psicólogos, psiquiatras, médicos y terapeutas no tienen una cura milagrosa. Para conseguir una recuperación duradera, es necesario realizar cambios en la actitud y el comportamiento y estos cambios llevan su tiempo.
- Adaptarse a los cambios que se van produciendo en la persona afectada. Es importante trabajar con tu ser querido y su terapeuta para averiguar lo que estos cambios implican. Este proceso no será fácil y no debes esperar cooperación o agradecimiento.
- Deben evitarse los debates o discusiones sobre el peso y la comida. Si te preocupa una pérdida excesiva de peso, la deshidratación u otras señales de peligro médico, contacta con el equipo o terapeuta que esté llevando el caso, pero no entres a discutir o valorar.
- Expresar amor y afecto, tanto verbal como físicamente, y evitar los sermones sobre la alimentación o las demandas de aumento de peso. Admite que a veces puedes llegar a enfadarte y a sentirte impotente, pero hazle ver que estos sentimientos no tienen que ver con su persona.
- Utilizar formas de compartir y socializar que no impliquen alimentos.
- No hacer dieta! Es muy difícil ayudar a una persona con un trastorno de alimentación a desarrollar actitudes saludables sobre la pérdida de peso y la delgadez cuando las personas de su entorno están reforzando la importancia de la pérdida de peso.
- Evitar las luchas de poder y tener en cuenta que las personas con trastornos alimentarios suelen ser bastante ambivalentes acerca de mejorar. A veces es posible que quieran recuperarse, y otras veces es posible que quieran volver a la seguridad y la protección de sus rituales.
La importancia y severidad que pueden llegar a alcanzar este tipo de trastornos hacen necesaria una intervención rápida, que debe ser demandada por la familia ante las primeras señales de aviso.

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Cualquier duda sobre estos trastornos alimenticios y su tratamiento psicológico no lo dudéis. Tienes un formulario en la página o pon un comentario en esta entrada. También podéis llamar al Gabinete de Psicología ISANET en Alcalá de Guadaíra.