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miércoles, 4 de marzo de 2015

Los problemas de conducta en los niños

Los problemas de conducta. Comprender la agresividad.


Cada vez son más los padres que acuden a consulta desesperados por los problemas de conducta que presentan sus hijos. Por ello, vamos a hablaros hoy de este tipo de comportamientos, y en concreto nos pararemos un poco en la agresividad.

Normalmente estas conductas se inician en el ámbito familiar, y poco a poco se van extendiendo a otros ambientes, como el escolar y en las relaciones con los iguales.

No obstante, a menudo sólo emiten este tipo de conductas en el ambiente familiar y, por ejemplo, cuando se habla de esta situación con los profesores no terminan de creerlo, ya que el comportamiento que el niño muestra en el colegio suele ser ejemplar.

Esto puede deberse, entre otros motivos, a que el niño sufra una gran cantidad de tensión y se desahogue en casa, con aquellos que más confianza tiene. Los padres, o bien por un desconocimiento de cómo solucionar estos problemas, o bien por seguir unas pautas educativas inadecuadas, donde prevalecen el razonamiento y las explicaciones para todo, terminan por perder el control de la situación, e incluso llegando a sentir miedo ante estos actos que cada vez van a más.

Llegados a este punto es vital detectar estos problemas y realizar una adecuada evaluación que nos ayude a esclarecer las causas que están originándolos y manteniéndolos en el tiempo. Aunque lo más recomendable es que ante cualquier problema o duda para manejar este tipo de comportamientos se acuda al especialista. Cuanto más tiempo se mantenga este comportamiento en el niño, más difícil será erradicarlo, e incluso puede acarrear graves consecuencias. Pues es probable que, de cronificarse en el tiempo, muchos de estos problemas iniciales de desobediencia y de conductas disruptivas acaben en trastornos como el negativista, el disocial o tendencias de personalidad poco adaptativas.


Los problemas de conducta: LA AGRESIVIDAD.


Como muchos de estos problemas contienen una cantidad importante de agresividad, vamos a pasar a exponer cómo se desarrolla y qué factores pueden influir en la misma.

Las conductas agresivas son un hito evolutivo dentro del desarrollo infanto-juvenil, por tanto solo hablaremos de problema cuando se prolonguen en el tiempo o cuando ocurran con una frecuencia desproporcionada, y afecten de manera significativa a los distintos ámbitos en los que se relaciona el niño.

¿Qué es la agresividad?

La agresividad es un estado de activación fisiológica que acarrea una serie de conductas y distorsiones en los pensamientos que producen un estado emocional. Los sujetos con agresividad no tienen conciencia de la activación de su cuerpo hasta que sea muy alta, pero ya en este nivel es muy difícil encontrar soluciones al problema que haya ocurrido.

¿Cuáles son sus componentes de la agresividad?

Abarca tanto expresiones conductuales como componentes verbales, físicos y psíquicos, todo ello para conseguir diferentes propósitos. Las conductas agresivas tienen una parte innata, que procede de la conducta «ataque o fuga», y otra parte aprendida, por ejemplo las mujeres tienden a gritar y los hombres a agredir físicamente.

¿Qué variables predisponen al acto agresivo?

Las posibles variables de un individuo que pueden favorecer un acto de agresión son:

  •  Baja tolerancia a la frustración: poca capacidad para soportar los sucesos negativos.
  •  Impulsividad: poco autocontrol. No piensan las posibles consecuencias, simplemente actúan.
  •  Falta de empatía: entender y ponerse en el lugar del otro.
  •  Mala interpretación de la situación, la cual perciben como injusta. Tienen pensamientos y esquemas cognitivos erróneos, perciben ataques donde no los hay o piensan sin razón que los demás deberían haber actuado de otro modo.
  •  La baja autoestima también suele conllevar una interpretación equivocada de los actos de los demás.
  •  Modelos educativos paternos agresivos como manera de expresar las emociones negativas. Aprenden estas formas para resolver los conflictos o para expresar el malestar.


¿Cómo puede darse la agresividad?

La agresión se puede expresar de diversas maneras. Las más comunes son:


  1.  Negación: siente una gran activación y agresividad pero no la expresan porque ha aprendido que no debe manifestarse. Se autocontrolan en exceso y no saben canalizar estas emociones, lo que desemboca en problemas y quejas somáticas.
  2.  Agresiones indirectas: expresa su agresividad a través de actitudes que van por detrás del objetivo. Por ejemplo, levantan rumores o critican, creando malestar en el ambiente. O también son ejemplos el no cumplir las normas y saltarse los límites, evitar sus responsabilidades…
  3.  Agresiones directas: se enfrenta de manera activa, de forma verbal (con insultos o gritos) o bien conductualmente (con conductas destructivas y violencia).


Para terminar distinguiremos entre dos tipos de agresividad según la causa que la origine:

 Agresión reactiva:

Reacción hostil para expresar una frustración, debida a la falta de autocontrol. Este tipo de agresión se suele dar en sujetos con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad.

Agresión proactiva:

Agresión dirigida a conseguir una meta, se trata de una agresión premeditada. Este tipo de agresión es típico de sujetos con problemas de conducta.


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